Fundada en el año de 1774, el místico poblado de “las casas quemadas” pertenecía a la provincia de Santiago de Tuxtla. Y no es sino hasta finales del siglo XIX que es elevada a la categoría de villa y en 1966 declarada oficialmente ciudad de Catemaco.

De abundantes recursos naturales, la ciudad se caracteriza por la extensa variedad de flora y fauna que le rodean en el Lago de Catemaco y en sus montañas. Debido a esto, gran parte de la zona está protegida dentro de la reserva ecológica de Los Tuxtlas, municipio veracruzano al que pertenece; además de algunos desarrollos privados con esta inclinación conservacionista.

Asimismo, la tradición indígena en la ciudad ofrece al visitante una muy peculiar visión del mundo, ya que a pesar de su gran vocación religiosa en donde se rinde honor a la Virgen del Carmen, en Catemaco permanecen vivas las prácticas mágicas de brujos de magia blanca y negra. Todo esto se conjuga además con prehispánicas prácticas rituales que se mantienen vivas en la vida cotidiana de los locales y los centros turísticos como son los baños de Temascal y las ceremonias de saludo al sol.